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El Teléfono Negro 2: los hombres también pueden llorar, pero la niña con superpoderes merece el protagonismo.


Una película que enfurece por su potencial, carece de la habilidad para manejarse inteligentemente y entierra (figurativamente) a su propio protagonista. De un mensaje valioso a una explotación de lo sobrenatural, esta es la travesía del  Teléfono Negro 2 de Scott Derrickson .


 Por María Paula Estrella


Una gran sección de consumidores del cine (incluyéndome) está de acuerdo con que la primera entrega de El Teléfono Negro (2022) es una obra disfrutable, excelentemente accionada y decentemente escrita. Contra todas las posibilidades, esta película tuvo un estreno directo en streaming y consiguió posicionarse con muy buenas reseñas en sitios como Rotten Tomatoes y Letterbox. Y si vamos más allá de las páginas conocidas de crítica, podemos encontrar una aceptable cantidad de videos en YouTube, tanto críticas como análisis, que buscan descomponer los significados de la máscara del villano y aprecian el comentario relacionado con la violencia en la infancia y los efectos de esta en los individuos afectados. 

La premisa de la segunda película va de la siguiente manera: han pasado cuatro años, Finn (Mason Thames) y su hermana Gwen (Madeleine McGraw) viven con su padre, quien ha mejorado su trato con ellos y ya no parece golpearlos, asisten a la escuela y sufren de estrés por los efectos de lo sucedido en la primera entrega. Finn es violento con sus compañeros y Gwen tiene pesadillas constantes que le provocan sonambulismo. Guiada por uno de estos sueños, Gwen convence a Finn ya un chico mexicano llamado Ernesto para que la acompañen a un campamento cristiano en las montañas de Colorado, con el objetivo de liberar las almas de las primeras víctimas de El Raptor (Ethan Hawke), el villano de esta historia. Luego de revivir traumas, perseguir fantasmas en la nieve y visitar el infierno a través de sueños, Gwen, Finn y el personal del campamento consiguen derrotar el espíritu del Raptor y liberar las almas de sus víctimas. Este es nuestro contexto sin haber leído el libro de Joe Hill, el libro en el cual están basados ​​​​ambas películas.

Primero que nada, admitimos que esta obra tiene un enorme potencial, tanto narrativo como cinematográfico. La primera mitad de la película contiene escenas donde movimientos de cámara y tomas pueden ser analizados por horas debido a su creatividad y simbolismo detrás de ellas. Por ejemplo, la escena en la que Finn habla con los espíritus de los niños por primera vez, dándonos un movimiento de cámara que revela a cada niño con cuidado, jamás permitiendo que Finn haga contacto visual con ellos. Pero es momento de ya dejar esto atrás.



Uno de los primeros detalles que matan el ritmo de la película es la estructura de los diálogos (aunque sí hay unos que se salvan). Sin embargo, su pecado más grande es traicionar a su primera entrega y darnos personajes estúpidos. Mi ejemplo favorito de esto es la escena de la capilla: tenemos al elenco completo enfrentándose a los hechos paranormales, y, superando que solo un personaje no cree en la narrativa de los adolescentes, tenemos a Finn confesando que él es el niño que sobrevivió su propio secuestro y mató al Raptor. Ahora, ¿por qué necesitamos esta confesión? Porque, al parecer, el personal del campamento y su supervisor no pudieron leer o comprender los nombres y apellidos de los jóvenes que buscaban trabajar con ellos y relacionarlos con la impactante noticia que involucraba al asesino serial que todos conocían. Esta revelación no tiene por qué ser tan complicada en la historia.

Pero no perdamos toda esperanza. Para reforzar que hay un dorado potencial en el corazón de esta película, no cuesta trabajo voltear a ver las actuaciones de Ethan Hawke y de los muchachos, especialmente del dúo principal. Mason Thames interpreta a un finlandés con una fidelidad sorprendente, tocando el corazón con un llanto asustado y una ira despertada por el trauma. La escena que rompe a Finn frente a su familia comenta sobre la masculinidad actual: los hombres aún son mal vistos por estar asustados o tristes, así que estas dos emociones se convierten en enojo y odio, ahogando algo venenoso muy dentro. Esta es la historia de Finn, un niño que fue raptado y robado de su inocencia al enfrentarse a la muerte prematura de sus compañeros. Y no sólo eso, éste es un chamaco con sangre en sus manos, que tuvo que acudir a un sentido de supervivencia que nadie debería de tocar a su temprana edad.



Entonces, ¿por qué la película dejó de tratarse de él?

Obviamente no criticaremos los elementos sobrenaturales de esta historia; Estaríamos aquí por años. Sin embargo, es importante notar que contamos con un personaje superdotado en este elenco: Gwen. Ella comienza a tener pesadillas, las cuales terminarán por guiar la historia hasta su desenlace. Luego, ella se encargará de mover todo hacia adelante, absolutamente todo. Esto nos presenta con una falta de equilibrio en el dúo principal: una se ha vuelto completamente activa, mientras que el otro se quedó atrás para simplemente reaccionar a todo lo que ocurre. Con esto no se busca asfixiar la actuación de Madeleine McGraw para nada, sino que ponemos en la mesa la pregunta:

¿Sobre quién es la historia realmente?

El dúo principal pudo haber guiado la historia (sin el tercer joven mexicano), y se pudo haber balanceado su misma dinámica; Finn batallaba con una posible adicción y estrés postraumático, y Gwen pudo haber ayudado a su hermano a sentir lo que debe sentir: la tristeza y la impotencia. El elemento sobrenatural de los sueños puede tener su papel en este mismo proceso, haciéndole ver a Finn que no está solo en el viaje de recuperación; que su hermana también sufrió. Todo esto mientras el espíritu del Raptor busca corromper al muchacho y reavivar su ira postrauma. 

Sin embargo, se perdió de vista el mensaje y la meta, se cambió de protagonista y se sobreexplotaron los rasgos sobrenaturales de una gran e importante historia, cerrándola como una película de acción con crisis de identidad.


Bibliografías

  1. El informante de los medios. 2024. “Cómo analizar una película: la guía completa para principiantes”. Video. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Hrp2azKjGUI 
  2. Ahora nos ama. 2019. “El arte de sobreanalizar películas”. Video. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=h67AHvHMtxY 
  3. Tomates podridos. https://www.rottentomatoes.com/m/the_black_phone  
  4. Crítica de SensaCine. https://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-287623/  
  5. Simbolismo en El Teléfono Negro. https://www.youtube.com/watch?v=dOOjEDBU078  

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