Anora en tan solo 2 horas y 19 minutos ilustra el desgarrador vacío de la experiencia femenina contemporánea.
Por María Paula Sumano Garibi
Texto con spoilers:
Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2024, dirigida por Sean Baker y protagonizada por Mikey Madison.
Anora indaga en la hipersexualización de los cuerpos de las mujeres, el desdén y la desesperación por aprobación masculina que toda mujer ha llegado a experimentar.
Nuestra protagonista intenta desesperadamente sobrevivir en un mundo falocentrista, capitalista y regido por el poder sobre los cuerpos y las minorías.

Ani toma el metro todas las tardes para llegar al strip club donde se gana la vida. Algunos días se droga, otros se embriaga, se desnuda y, al final de la jornada, se vuelve a recluir en aquel recoveco dentro de la enorme metrópoli en que vive. Así son sus días, uno tras otro, insípidos.
Una de esas noches conoce a Vanya, un chico ruso de facciones tiernas, delgado y no muy alto, aparentemente inofensivo. Ani le comparte su número de teléfono cuando él le pregunta si trabaja a domicilio. Para una mujer como ella, que puede pagarse la vida únicamente a través de la mirada masculina y cuya red de apoyo se conforma tan solo por su hermana y su mejor amiga (también stripper), es fácil apantallarse e idealizar la situación sin pensar en sus posibles adversidades. Al llegar a una mansión llena de lujos, queda enganchada a la posibilidad de obtener dicho estilo de vida y al hombre que aparentemente podría facilitárselo. Claro; siempre y cuando ella sea devota y cumpla sus deseos y caprichos, sin importar cuánto tenga que amoldar o abandonar su propia voluntad.
Vanya y Ani, en realidad, son solo dos niños jugando con el dinero de los verdaderos magnates: los padres del muchacho. Dichos burgueses, sin estar exentos de culpa, abandonan a su inestable e imprudente crío en un país extranjero. Encomiendan a empleados de la familia, subordinados por el arrollador capital de los rusos, que suplan, claramente sin éxito, la guía y el cariño que necesita Vanya para no terminar de perderse entre el abuso de sustancias y la promiscuidad. El filme no solo nos muestra las maneras en que Vanya abusa de su privilegio, sino también todo aquello que lo configura. Crece como alguien que juega con los sentimientos y vidas de quienes considera inferiores o vulnerables para llenar sus vacíos personales.
Después de haber sido su cliente por dos semanas, Vanya le pide matrimonio. Ani no concibe la idea de que alguien pueda desear pasar toda su vida con ella, pues representa todo lo contrario a una mujer con quien tradicionalmente te casas. Todo aquello que la sociedad durante años ha señalado como “una mujer de bajo valor”. Tal vez, inconscientemente, ella misma se adjudica dichos juicios, como muchas de nosotras lo hacemos.
Cuando la noticia llega a los oídos de los padres de Vanya, se moviliza una estrategia para buscar la anulación pronta del matrimonio. Ani, abandonada por su nuevo marido, termina atada y retenida por unos desconocidos. Desde su complejo de superioridad moral, la llaman puta mientras se burlan de su incredulidad al creer que su vida podría mejorar, despojándola nuevamente de su dignidad.
Unos días después observamos una conversación entre Igor (uno de los empleados de la familia que la retuvo) y Ani. Ella lo cuestiona acerca de lo que, desde mi perspectiva, fue un secuestro. No logra comprender cómo fue que no la violó ni tampoco por qué.
Como una mujer que creció en México, que ha vivido de cerca la lucha feminista de los últimos años y que escucha día tras día cifras aterradoras de feminicidios, abuso y acoso sexual, me vi reflejada en Ani. Comprendo y comparto su dolor al encontrarse atrapada y sola con dos hombres desconocidos: en múltiples momentos, ellos mencionan que su reacción fue innecesaria, desproporcionada e irracional. Considero que esto se debe a que no conciben lo que es salir todos los días de casa con la eterna paranoia de saber que puedes ser la siguiente en una lista de nombres que jamás reciben justicia.
Me parece completamente lógico que no logre pensar en un escenario en el que no termine como una víctima más de violencia sexual, que no logre entender el “¿por qué yo no?”. Cuando comienza la secuencia, mi cabeza también asume casi de manera inmediata que está por atravesar una violación, como si se tratase del único resultado posible. Un terror eterno que respira en el cuello de todas las mujeres.
Después de perseguirlo, encuentran a Vanya casi inconsciente en un privado con otra mujer, demostrando nulo interés y empatía por los sentimientos de su esposa. Ani, en lugar de enojarse, le pide repetidamente que explique a los empleados de sus padres que la ama y no la traicionó, en lo que parece un intento por convencerse a sí misma de que no se equivocó al escogerlo y confiar en él. Como muchas mujeres violentadas hemos hecho, intentando negar la triste realidad, mientras proyectamos ilusiones en alguien que nos hace daño constantemente.
Ella jamás recibe una explicación o disculpa, pues resulta sumamente fácil para Vanya y su familia atropellar su dignidad y privarla de cualquier defensa, incluso legal. Se develan las jerarquías de poder que existen en nuestra sociedad y cómo el capital económico y social otorgan la razón ante los ojos de la supuesta justicia.
Después de haber sido el único que demuestra un poco de humanidad al dirigirse an ella, Ani se acerca a Igor de la única forma en que sabe hacerlo: sexualmente. Él intenta besarla, convirtiendo toda la escena en un acto de intimidad. Ella se resiste y finalmente se quiebra. Termina por evidenciarse el vacío, su desconfianza en los hombres que no la han utilizado más que como un objeto toda su vida y el terror que le provoca la posibilidad de confiar o sentir algo genuino por alguno.
Bibliografía:
Anora - Box office mojo. (s. f.). Box Office Mojo. https://www.boxofficemojo.com/title/tt28607951/?ref_=bo_se_r_1
González, P. (2024, 29 mayo). Anora: de qué trata la película ganadora de la Palma de Oro 2024. GQ. https://www.gq.com.mx/articulo/anora-de-que-trata-reparto-trailer-premios