Separar la obra del artista a veces parece posible, pero otras no tanto. Una película puede seguir siendo una gran pieza aunque su director sea una persona horrible, pero el problema no es solo si se disfruta o no, sino lo que significa seguir recomendándola o apreciándola.
- Link al material revisado (Artículo): https://www.theparisreview.org/blog/2017/11/20/art-monstrous-men/
- Traducción al español: https://elpais.com/cultura/2018/01/08/actualidad/1515416335_689166.html#?rel=mas
Separar la obra del artista a veces parece posible, pero otras no tanto. Una película puede seguir siendo una gran pieza aunque su director sea una persona horrible, pero el problema no es solo si se disfruta o no, sino lo que significa seguir recomendándola o apreciándola.
No es solo cuestión de gustos, también hay una gran perspectiva ética en el consumo. La crítica no debería limitarse a evaluar lo estético sin considerar de dónde viene la obra y qué valores tiene. Y aunque nosotros decidimos lo que consumimos, entre todos vamos definiendo qué cosas siguen presentes y cuáles se van quedando atrás. Lo que elegimos ver, leer o escuchar no es solo por entretenimiento, también dice algo sobre lo que apoyamos o lo que dejamos pasar.
Se dice que el arte requiere cierta provocación, que los grandes genios tienen que ser moralmente problemáticos. Pero muchas veces esto solo sirve para justificar sus actitudes negativas o malas. Además, las mujeres artistas han sido juzgadas con estándares mucho más duros. A una madre que da prioridad a su trabajo se le cuestiona, mientras que a un hombre que deja a su familia por el arte se le llama soñador.
Más allá de lo que cada persona decida hacer con su consumo, se está dando una conversación colectiva sobre el legado de ciertos artistas. Algunas obras pueden tomar un nuevo significado con el tiempo, mientras que otras pierden valor cuando el contexto cambia. No se trata de borrar nada, sino de entender cómo el arte interactúa con la sociedad y qué decidimos hacer con él.
Imagen de la película Manhattan, con el director y actor Woody Allen y la actriz Mariel Hemingway.